Albertine ha huido de los celos y la posterior indiferencia de que la hizo objeto Marcel. Al sentir éste la soledad y el abandono, comienza una búsqueda para recuperarla. En esa pesquisa irá recorriendo lugares y encontrándose con personas de las que hacía mucho tiempo que no sabía nada. Proust nos habla aquí sobre la duración de las cosas y las idealizaciones absurdas a las que nos entregamos toda una vida.