Un mito permanente en la literatura es el vampiro y es mucho lo que se ha escrito sobre el simbolismo de la sangre y las imágenes eróticas en esas historias, de igual modo, el arte literario, en muchas ocasiones, ha desposeído al vampiro de la atmósfera de terror que lo caracterizó durante siglos y lo ha dotado de un carácter marcadamente romántico que hizo que fuera visto como una creación de la fantasía aunque de modo maléfico.