El Derecho mercantil que originalmente nació como una rama autónoma del Derecho privado aplicable a los comerciantes, ha evolucionado y ampliado notablemente su ámbito de aplicación para convertirse, modernamente, en un conjunto de normas que regulan relaciones de la más diversa índole relativas a la actividad económica y a los empresarios. Así, además de la actividad de intermediación que supone la compra y venta de mercancías, lo que es propiamente el comercio, el Derecho mercantil comprende materias tan diferentes como el Derecho marítimo y el aeronáutico, la propiedad industrial, el contrato de seguro con sus modalidades, los títulos de crédito, las sociedades mercantiles, la actividad bancaria y financiera y, recientemente, en su proyección de leyes económicas de origen tutelar, el Derecho mercantil abarca también a las inversiones extranjeras, la protección al consumidor y la competencia económica. Estos últimos ordenamientos participan, de normas que aplica la Administración Pública y tienen algún carácter administrativo.