La publicación de esta novela significó para Oscar Wilde su consagración como uno de los mejores escritores británicos del siglo XIX. En ella explora los límites de la belleza y la obsesión, actualizando motivos y recursos de la literatura gótica y de terror. El mito de la eterna juventud, sesudas reflexiones sobre el arte y la filosofía, descripciones de época y un aparente pacto con el diablo se dan cita en la novela, convirtiéndola en un relato apasionante y conmovedor. Según palabras del escritor Rafael Gumucio en el prólogo de esta edición: “El retrato de Dorian Gray sería solo la mejor muestra de una moda, el decadentismo de fines del siglo XIX, si el cuadro no hubiese salido del marco, si esta historia que no busca en ningún momento ser verosímil no se hubiese hecho verdad”.