Esta obra, refleja la cuestión fáustica por un lado y el narcisismo por el otro. Parte del argumento universal de la eterna juventud, pero el verdadero sujeto de la novela es el narcismo, ya que el personaje principal posee una excesiva admiración a su propio yo, hasta el extremo de no desear otra cosa que conservarse como en el cuadro para siempre.