El Poema de Mio Cid, de autor anónimo, es considerado el mayor exponente de la épica castellana, y se estima que fue escrito en el año 1140. Rodrigo Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador, es expulsado por el rey de Castilla a raíz de los malos consejos de algunos cortesanos, y debe emprender un largo peregrinaje por tierras de moros, a quienes derrota en feroces batallas, obteniendo grandes botines y alcanzando una fama inmortal. La mezcla del mito épico con los elementos comunes de la vida cotidiana medieval, pondrá ante los lectores el rasgo principal de la poesía épica hispánica: su realismo.