'Recuerdo la mañana en que conocí a Octavio Paz. Fue el 11 de marzo de 1976, en el Panteón Jardín, cuando un grupo de amigos despedíamos al gran ensayista Daniel Cosío Villegas. Me acerqué a él para proponerle la publicación en su revista Plural de un ensayo mío sobre el ilustre liberal recién desaparecido. Días después, mi nombre apareció junto al suyo, pero nunca sospeché que ese vínculo sería permanente'. Así comienza el prólogo que Enrique Krauze ha preparado especialmente para este ensayo biográfico. El motivo que lo animó a escribir esta obra fue un deseo de conocer mejor a Octavio Paz, trazar sus orígenes, marcar las estaciones de su vida, reivindicar sus amistades, dar cuenta de sus esfuerzos solitarios, seguir sus pasos por la diplomacia y la política, así como reivindicar la solidez intelectual y moral de sus posturas.