Las preguntas que Enrique Krauze plantea a sus interlocutores son tan agudas como precisas, y estimulan a los intelectuales en el centro vivo de su reflexión. Ya alguien dijo que la pregunta es “el deseo del pensamiento”. En ese sentido, estas conversaciones de Krauze, maestro del arte de la biografía, son una verdadera joya en la erótica de las ideas.