Silvia lo tiene todo: buena familia, una posición económica desahogada, un novio que parece quererla aunque le escatima su apoyo y unos padres prestos a cumplirle cualquier capricho. Se sabe afortunada, pero desde muy pequeña tiene plena conciencia de que no todos están en su misma situación. Estudia medicina no porque sea la profesión familiar, sino por verdadera vocación, y ha planeado pasar el verano como voluntaria en un país completamente distinto al suyo. Nada más y nada menos que la India. ¿Qué lleva a una chica con la vida resuelta a buscar un camino diferente ayudando a los demás? ¿Comprender la diversidad cultural es, quizá, una forma de entenderse a uno mismo y definir en qué se quiere creer? ¿Tiene sentido empeñarse en cambiar el mundo para volverlo un sitio más habitable, más justo, más humano? La India y los preceptos del voluntariado internacional le darán a Silvia, y con seguridad al lector de esta obra, las respuestas que busca.