La guerra ha terminado, las ruinas de Troya humean sobre la imponente colina situada frente al mar. El fuego aun se desprende de algunas de las piedras de la que fue la formidable fortaleza que los griegos tomaron por asalto. Los vencedores se preparan para el regreso a sus hogares. Pero los dioses dueños de los destinos de los humanos, se oponen a sus deseos, y la fatalidad se asoma en el horizonte como una inmensa nube negra que presagia tormenta.