En esta novela, la única que escribió el dramaturgo y poeta irlandés óscar Wilde, su autor quiso decirnos que todo lo bueno y lo malo que hacemos se va marcando en nuestro cuerpo y en nuestra alma. Dorian Gray, el protagonista, era un joven aristócrata que al ver un precioso retrato que de él había pintado un artista, deseó con todas sus fuerzas nunca envejecer, y que a cambio, sus años y sus acciones quedaran impresos en la pintura. Entonces, Dorian se portó bastante mal, y el retrato se fue poniendo cada vez más feo, tanto, que tuvo que ocultarlo para que nadie lo viera. La gente se preguntaba por qué Dorian nunca envejecía y seguía tan guapo como siempre, pero sólo el sabía que allá en su casa, en un cuarto prohibido, tenía guardado el espantoso secreto de su eterna juventud.