Este monumento épico, el más antiguo que como tal conservamos, fue copiado en 1207 por Per Abbat en un códice de 74 hojas de grueso pergamino escrito por ambas caras al que le faltan la primera y las dos últimas hojas. Es un poema todavía rudo y balbuciente,compuesto en series asonantadas monorrimas de muy variado número de versos. No sabemos cuántos y cuáles fueron sus autores, pero todo indica que se trataba de juglares con un conocimiento relativamente próximo al personaje y al paisaje por el que discurre la acción: desde los páramos burgaleses hasta la florida Valencia del Cid, precisamente. No obstante, la poética fabulación literaria transfigura e idealiza la egregia figura del héroe castellano hasta convertirlo en un arquetipo de epopeya.