La guerra le ha quitado a Nino casi todo, incluso a su familia. En esa época, en Guatemala, su país, no hay más futuro para los niños indígenas huérfanos que la guerrilla, ni más perspectivas que una ametralladora y el riesgo de morir en una pelea por la supervivencia. Nino, de apenas 12 años, cree no tener nada, pero posee un único tesoro: un libro que narra una historia fantástica. Y él sabe leer. Si puede leer, puede hacerse preguntas, reflexionar, aventurarse a otras posibilidades, imaginar un mundo distinto y con menos desigualdad, a pesar de haber sido obligado a cometer y presenciar actos terribles. Un niño guerrillero, sensible e inconforme con las circunstancias que lo ha forzado a matar o morir, es capaz de anhelar en medio de la selva la libertad y la paz, la dignidad de los pueblos originarios, el derecho a la tierra y a la verdad histórica y, por encima de todo, de perseguirlos con esperanza más allá de donde el viento da la vuelta.