Escribir un libro de Derecho Consular Mexicano no es tarea fácil si se tienen en cuenta dos aspectos: la escasez de material bibliográfico y la abundancia de leyes que lo conforman, las que, por su número, hacen que con cualquier reforma, modificación, adición o abrogación de alguna, el texto quede parcialmente superado. Sin embargo, decidimos emprender la tarea con el único propósito de profesionalizar el aspecto consular de la carrera del Servicio Exterior Mexicano. México, después de su Revolución de 1910, emergió en una situación internacionalmente difícil y con un cuerpo consular desintegrado y sin especialistas, por lo que tuvo pacientemente que irlo constituyendo y dirigiendo, en principio, a través de circulares que fueron perfilando el trabajo de sus consulados; esta actividad culminó en un brillante trabajo del licenciado Miguel G. Calderón, quien en diez tomos hizo una recopilación clasificada de dichas circulares; su labor siguió en ascenso hasta ver publicada años después la Práctica Consular Mexicana de nuestra ilustre antecesora, la licenciada Cecilia Molina. El esfuerzo era bueno y la línea debía seguirse, tocando ahora los aspectos teórico y académico de las relaciones consulares, por lo que con esta idea decidimos enfrentar el desafio y escribir la presente obra que pretendemos sea completa, de tal modo que no sólo enseñe a los estudiantes de relaciones internacionales, sino que también sirva de guía y consulta a nuestros miembros del Servicio Exterior Mexicano, además de orientar en algunos aspectos del tráfico jurídico internacional a los abogados litigantes, funcionarios judiciales y agentes del Ministerio Público.