Esta obra nos dice que siempre se deben analizar los factores que pueden influir en una guerra. La doctrina, el tiempo, el terreno, el mando y la disciplina son cosas que pueden estar a nuestro favor o en contra, por eso, antes de afrontar cualquier problema hay que analizar cuidadosamente la situación, pues aunque estemos en desventaja, actuando con habilidad podemos cambiar las cosas a nuestro favor, porque aun en la peor situación se puede salir a flote siendo hábil para valernos de cualquier elemento favorable. Por eso debemos pensar muy bien las cosas antes de actuar.
Mientras menos dure una guerra, más beneficios tendremos. El acabar con ésta rápidamente significa una menor pérdida de recursos propios y por lo tanto una mayor ganancia de los del enemigo. En las guerras a diferencia de la vida, la persistencia no significa que a la larga ganemos, pero si sabemos utilizar al enemigo para vencer, seguramente lo lograremos en cualquier lugar.