Han Solo debería estar regodéandose en su momento de gloria; después de todo, el presumido contrabandista y capitán del Halcón milenario, jugó un papel importante en la atrevida redada que destruyó la Estrella de la Muerte, dando así el primer golpe fuerte al Imperio en la guerra contra la Alianza Rebelde. Sin embargo, después de perder la recompensa que ganó con su heroísmo, Han no tiene nada que celebrar, especialmente porque le debe mucho dinero a Jabba el Hutt. El despiadado criminal ofrece una recompensa por la cabeza de Han y, a menos que consiga todos los créditos que le debe, tendrá que pagar con su vida. Lo único que puede salvarlo es el tesoro de algún rey, ¿o quizá la fortuna de un gángster? Eso es lo que le ofrece un desconocido misterioso a cambio de su ayuda no-muy-legal con un asunto más-que-peligroso. El pago es suficiente para pagar la deuda de Jabba... y no volver a pedirles nada a los hutts jamás.
Todo lo que tiene que hacer es infiltrarse en el cuartel ultrafortificado del segundo al mando de un sindicato criminal de Black Sun y abrir la caja de seguridad más impenetrable de la galaxia. Es un trabajo para quien hace milagros..., o para locos. Así que Han arma un equipo de canallas que tienen un poco de ambos, incluyendo al indispensable Chewbacca y al astuto Lando Calrissian. Si alguien puede engañar y vencer a matones armados, droides asesinos y agentes imperiales (además de realizar el robo del siglo)..., son los bandidos de Han Solo. Pero ¿recibirán la recompensa por su crimen, o tendrán que pagar el precio?