Quizás debamos la obra literaria de Arthur Conan Doyle a su escaso éxito como oftalmólogo. De la falta de pacientes nació el detective privado más famoso de todos los tiempos, Sherlock Holmes, con domicilio en la londinense Baker Street. Y allí cuelga, en el número 221 B, la típica placa azul que en Inglaterra se coloca en las fachadas de casas dónde han vivido personalidades importantes. Un signo de la proverbial afición inglesa por lo criminal y los detectives de salón. La aventura de la banda moteada es uno de los más célebres relatos de Sherlock Holmes. El caso de las vulnerables hermanas Stoner exige al detective esclarecer las circunstancias de un asesinato y evitar que se produzca un inminente segundo acto criminal. A pesar de que la cliente no puede “garantizar el pago”, Holmes exhibe su caballerosa militancia a favor de la justicia y de los más débiles. Las preguntas del aplicado Dr. Watson serán, como siempre, el hilo conductor que Arthur Conan Doyle ofrece al lector para que éste se involucre en la historia.