Carmelo, un pequeño empresario madrileño de paneles solares está al borde de la quiebra y desesperado, busca una salida. Vivió muchos años en México, donde fue policía. Por su afición al arte antiguo, tiene contactos que se mueven en la clandestinidad y hacen negocios tan sucios como rentables. Un amigo lo contacta con la esposa de un poderoso magnate quien busca hacerse con una colección robada de arte romano. Al mismo tiempo, Carmelo se enreda con una joven que conoce fortuitamente y quien es prima de los hermanos que tienen la colección. Paralelamente, un narcotraficante avecindado en Centroamérica, busca también la colección. Entre asesinatos, traiciones, violencia e intriga, Carmelo logra dar con el hermano que posee la colección. Carmen recibe esa información y lo deja sin comisión, aun cuando entre ellos se había establecido una relación de amantes. Los enredos pasionales del personaje abren la puerta a crisis y delirios. Su pasado y su consciencia lo persiguen a través de un “fantasma” que aparece intermitentemente para hacerle ver sus errores y la realidad de su vida. La novela tiene un final sorprendente.