William Shakespeare proporcionó a sus obras un caudal de sentimientos, dolor y ambiciones propias del alma de los hombres. La tragedia surge del detalle realista o del penetrante tratamiento psicológico de los personajes, que induce al lector a identificarse con ellos. Y Romeo y Julieta no es la excepción, pues plantea la turbulenta relación entre dos jóvenes enamorados, quienes ven amenazado su cariño ante la oposición y el odio de sus familias: los Montesco y los Capuleto. Su amor se declara derrotado ante tan enorme obstáculo y ellos enfrentan una resolución fatal. Es un libro de amor pero a la vez tragedia.