Tras perder la guerra y huir por el sur de Francia con los espías de Franco pisándole los talones, Arcadi funda, con otros exiliados republicanos, una comunidad en plena selva de Veracruz, llena de vegetación exuberante e insectos estrafalarios, donde se habla catalán, se cultiva café, y poco a poco va imponiéndose una idea que adquiere las dimensiones de un complot: para poder regresar a España es imprescindible matar al general Franco.