Cuando informan de que la gran reina ha muerto, Bella y Laurent regresan al reino que abandonaron veinte años atrás. Bella acepta ocupar el trono, pero insiste en que todos los servicios eróticos han de ser voluntarios. Innumerables y entusiastas príncipes, princesas, lores, damas y plebeyos viajan al reino de Bella, donde ésta y su esposo anuncian una nueva era de deseo, anhelo y éxtasis.