A los veinticuatro años, Matt Haig sufrió una crisis nerviosa que marcó el inicio de una época sombría, un tiempo en el que perdió el ánimo y la fuerza para seguir adelante. Tras luchar durante años por recuperar la alegría, Matt se volcó en la escritura. Leer y escribir le salvaron la vida, pues «en un mundo que intenta cada vez más aislarnos del entorno y de nuestro verdadero yo, los libros son el camino hacia la libertad, hacia nosotros… razones para seguir viviendo». Inteligente, original, honesto y humano, este libro es un manifiesto a favor de la vida, sean cuales sean sus demonios.