La curiosidad es el meollo de las novelas de misterio y suspenso. Es también esencial en otras formas de arte, como la pintura, la escultura o la música y constituye el principal impulsor de la investigación científica básica. Aunque todavía no hay un consenso científico definitivo sobre por qué los seres humanos somos tan curiosos o acerca de los mecanismos cerebrales responsables de la curiosidad, mediante el uso de imágenes de resonancia magnética, los neurocientíficos han descubierto que las regiones cerebrales especializadas en aprendizaje, recompensa y memoria están activas cuando los individuos son curiosos. Mario Livio recoge ejemplos de varias disciplinas con el fin de analizar la naturaleza de la curiosidad. Examina, además, la trayectoria de dos de los genios más curiosos de la historia: Leonardo da Vinci, arquetipo del humanista polifacético, y Richard Feynman, premio Nobel de Física, y su conocida sentencia: "Todo es interesante si profundizas lo suficiente". Una obra que es un canto apasionado y una llamada a no perder nunca esa curiosidad infantil que nos caracteriza. Un viaje apasionante para entender nuestro deseo innato de preguntarnos "por qué" y de qué forma la curiosidad nos ha hecho humanos.