Este diccionario ilustrado con toda suerte de imágenes -monos dibujados por Rius, viñetas antiguas, grabados modernistas, fusiles y muñecas-, reúne definiciones insólitas, pero no carentes de razón. En sus páginas se encontrarán las auténticas costumbres de ciertos profesionistas -médicos, abogados, economistas y hasta funcionarios públicos-; el singular uso de ciertos objetos comunes -medias, perfumes, cheques-; o el veraz significado de conceptos religiosos y políticos "resurrección", "democracia", "nación".
Pero lo más importante de este Pequeño Rius ilustrado es que cada una de sus figuras y explicaciones está dominada por la más rara de las virtudes: el sentido del humor. "Vea, lea y muérase de risa", debiera ser su lema publicitario.