En las películas, Mia actúa como una enamorada, pero en la vida real es una mujer que necesita alejarse de su infiel esposo; el galán de cine del que suele enamorarse en los papeles que interpreta. Por eso decide emprender un viaje por el canal de la Mancha hasta París, donde se oculta tras un nuevo corte de cabello, unos enormes lentes y un trabajo como mesera en el restaurante de su mejor amiga