Pierre Anthon deja el colegio el día que descubre que la vida no tiene sentido. Se sube a un ciruelo y declama a gritos las razones por las que nada importa. Tanto desmoraliza a sus compañeros, que deciden reunir objetos esenciales con el fin de demostrarle que hay cosas que dan sentido a quienes somos. En su reto arriesgarán parte de sí mismos y descubrirán que sólo al perder algo se aprecia su valor. Pero entonces puede ser demasiado tarde.