México ante Dios intenta demostrar cómo el clero católico mexicano ha sido uno de los más siniestros enemigos de la historia de la patria. Se trata de una institución perversa, ávida de bienes materiales y de poder político y militar que detentaba el sesenta por ciento de la propiedad inmobiliaria del país; que contaba con cárceles clandestinas, policía secreta, ejércitos privados, fueros constitucionales, además de cobrar impuestos como el diezmo, que recaudaba eficientemente sobre la base de excomulgar a los evasores condenándolos a pasar la eternidad en el Infierno.
El clero mexicano invariablemente estuvo en contra de los derechos universales del hombre, de las ideas de la Ilustración, de la educación laica y de las constituciones mexicanas de 1824, 1857 y 1917, cuya imposición provocó el estallido de guerras civiles financiadas con las limosnas pagadas por el dolorido pueblo de México.