La mayoría de las historias de Franz Kafka están habitadas por personajes cautivos en la desesperación y el desasosiego. La metamorfosis, su obra más famosa, cuenta la historia del vendedor viajero Gregrorio Samsa, que al despertar una mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertido en un monstruoso insecto. El escenario de la historia es un mundo injusto y sin razón, con personas indiferentes a su entorno que actúan bajo el control y represión de la familia, los amigos y la sociedad. Sin quererlo, Franz Kafka compartió con sus lectores un detallado retrato del dolor que sentía el mismo. Durante su vida Kafka quemó la mayoría de su trabajo y después de su muerte, a los 41 años, fue encontrada una carta en su escritorio, estaba dirigida a su gran amigo Max Brod: Quema estas páginas (diarios, manuscritos y cartas), le pertenecen al fuego. Brod desobedeció la voluntad de su amigo e impulsó la edición de sus obras inéditas; El proceso (1925), El castillo (1926) y América (1927). Sin Max Brod jamás haríamos conocido a Kafka, uno de los grandes referentes de la literatura del siglo XX. Lamentablemente Kafka nunca conoció a Franz Kafka, el gran escritor.
