A cada persona la acompañan dos ángeles guardianes y un guía espiritual, cuando menos. Aunque es obvio que no todos escuchan a sus ángeles, pues de lo contrario no habría crueldad ni autodestrucción en el mundo. Así que, una vez que estas preparado para escucharlos y hablar con ellos, los ángeles están allí. Los ángeles no tienen dimensión, forman parte de la vida de escépticos, ateos y creyentes, acompañan a la gente cruel y a los buenos samaritanos. Están con nosotros para poner en práctica el plan de paz de Dios. Aunque somos los responsables de nuestras acciones, los ángeles nos ayudan a elegir el plan de acción más eficaz y nos asisten gustosos en cualquier cosa que nos ayude a ser pacíficos. Sin embargo, es preciso que pidamos su ayuda para que se les permita intervenir, por aquello de la ley del libre albedrío, gracias a la cual funciona este Universo. La palabra ángel significa "mensajero de Dios"; por lo tanto, cuando elevas una oración al Creador, los ángeles son enviados como portadores de Su mensaje. Los ángeles son uno con él; son sus extensiones, igual que tú. La sanación ocurre a una velocidad milagrosa y en forma increíble cuando nos comunicamos con los ángeles. Ellos nos sanan física, espiritual, emocional, económica e intelectualmente. Nos asisten si tenemos problemas en el trabajo, de salud, en la vida sentimental, con la familia, en el hogar, y en todo aquello que es importante para obtener paz mental.
