¿Cómo podemos enseñar a gente que no sabe observar para que note lo que la naturaleza y la vida tratan de mostrarle? Antes que nada, ellos deben ser enseñados a mirar con intensidad, a escuchar y a percibir la belleza por todos lados; todo esto eleva su mente y permite que surjan sentimientos que pueden dejar profundas huellas en su memoria emocional. Nada en la vida es más hermoso que la naturaleza, y esta puede ser un objeto de constante observación. Toma una pequeña flor, o un pétalo de ella, o la tela de una araña, o un diseño hecho por la helada en un vidrio de la ventana. Trata de expresar en palabras qué es lo que da placer en esas cosas. Un esfuerzo como este hace que aprendas a observar los objetos más de cerca, con mayor efectividad. Nunca eludas el lado oscuro de la naturaleza; los desfiguros en la naturaleza con frecuencia crean juegos de gran belleza. Debes buscar tanto la belleza como su opuesto, y definir ambos, aprender a mirar y conocer todas las cosas, y después volverte hacia lo que la raza humana ha producido en arte, literatura, música.