Aunque siempre se ha considerado una de las obras culminantes del género de aventuras, en la que el autor, como antiguo marino que era, reflejó su conocimiento de la mar, de sus gentes y de países exóticos, Conrad pretendió sobre todo trazar el retrato psicológico de un joven idealista y sediento de aventuras que descubre cuán difícil es el valor en situaciones extremas. El protagonista tiene un día un momento de flaqueza en el cumplimiento de su deber. La deshonra lo persigue desde entonces, y Jim, atormentado, huye de la sociedad y de sí mismo. Por fin, en un país remoto y semicivilizado, alcanza la gloria y el amor. Pero allí deberá afrontar todavía la prueba definitiva.