La llama doble da pleno sentido, desde sus orígenes en la memoria histórica y mítica hasta la experiencia cotidiana más inmediata, a un elemento esencial de la vida de hombres o mujeres, la ley de la universal gravitación erótica. En este ensayo en el que pasión y reflexión son epítome de su legado, Octavio Paz compendia la relación entre el sexo, el erotismo y el amor. Del carnaval a la cuaresma, de los gnósticos a los budistas, del pecado original a la inteligencia artificial, Paz analiza en Platón, Safo, Dante, los trovadores, Murasaki, Sade, Proust, Joyce, Freud, Breton y los científicos. Minsky y Edelman, entre otros, el sentimiento amoroso que es una excepción dentro de esa gran excepción que es el erotismo frente a la sexualidad. El amor ha sido y es la gran subversión de Occidente. Como en el erotismo, el agente de la transformación es la imaginación. Sólo que, en el caso del amor, el cambio no niega al otro, sino que es negación de la propia soberanía. Su piedra de fundación es la libertad: el misterio de la persona. Sin embargo, Paz advierte que si bien la modernidad desacralizó el cuerpo, la sociedad capitalista democrática ha aplicado las leyes impersonales del mercado y la técnica de la producción en masa a la vida erótica. Esos poderes han hecho de la libertad de amar una servidumbre, y en ello ya se asoma otro totalitarismo.