Y en ese momento, durante una facción de segundo, lo siento. Lo poco que queda. Lo rápido que todo cambia. Es extraño, porque las despedidas son algo que comprendo de manera intelectual, pero casi nunca parecen reales , lo que hace que sea dificil prepararse para el impacto. No sé cómo extrañar a las paeronas cuando están paradas justo frente a mí.