La obra histórica de Luis González Obregón dedicada a la vida cotidiana de la capital del virreinato novohispano le hicieron acreedor al nombramiento de Cronista Vitalicio de la ciudad de México. En su tiempo sus obras más leídas fueron "México Viejo", "Las Calles de México" y "Vetusteces". Colaboró en el Museo Nacional de Antropología e Historia y tuvo bajo su responsabilidad las publicaciones de la Biblioteca Nacional. También escribió la historia de la Biblioteca Nacional en 1910. Fue Director del Archivo General de la Nación, cargo que desempeñó hasta 1917. Al final de su vida se vio aquejado por la ceguera.