Una mirada de reojo que hace nacer una sonrisita, una sonrisita que lleva a una palabra grosera, una palabra grosera que genera un empujón, un empujón que provoca una bofetada, una bofetada que engendra un puño, un puño que lleva a dos cabezazos, dos cabezazos que hacen salir un chuchillo de una chaqueta.