Conocerse a sí mismo está lejos de una moda o de una tendencia, ya que al no conocerse se corre el riesgo de perderse en una cotidianidad que absorberá la esencia misma de nuestra vida. Reconocer todos nuestros actos y saber las razones por las cuales las realizamos es el primer paso para el autoconocimiento, el cual redundará en que nuestro desarrollo personal despegue de una forma nunca antes vista.