Hay padres de todo tipo: gorditos, delgados, altísimos, bajitos, divertidos, súper estrictos, chillones, callados... Y por supuesto, hay padres buenos, y padres no tan buenos. Cuando Gilbert termina en la cárcel por ser cómplice de un robo, a su hijo Frank no le queda más remedio que tramar un plan para rescatarle y devolver el dinero que ha robado. Pero, ¿cómo se quitará de encima al terrible mafioso que les persigue?