El espíritu de este libro es abrir camino a las nuevas corrientes que se perfilan en la filosofía universal, y, a la vez, llevarnos hacia una racionalidad más abierta, algo que podría llamarse "el giro analógico", porque el signo más humano es el símbolo (por la gran carga de sentido que tiene) y el símbolo se interpreta por analogía. La analogía supone que hay un pluralismo en el ser, que permite diversos ámbitos de entes, y no uno en el que se encierran todos.