Llega un momento en que la razón de vivir encuentra un lugar en nuestra vida y de repente, todo lo que nos confundía empieza a tener sentido: nos vamos dando cuenta de que lo que importa son las cosas que no podemos ver y que las que sí podemos ver no siempre son fieles a lo que parecen. Con el tiempo nos damos cuenta de lo mucho que valen nuestras relaciones y el lugar que merecen y de alguna forma, todo lo que hacemos nos va transformando en algo mucho más grande.
Conforme vamos viviendo, vamos sintiendo y con el sentir se aclara todo: las lágrimas nos revelan que son y siempre van a ser parte de nosotros, pero las risas nos recuerdan una y otra vez que son la esencia de la vida. El amor es todo y no podemos limitarnos a sentir sólo partes de una fuerza tan grande. Espero que el amor que hoy recibas lo regreses con un detalle desde el fondo de tu corazón, porque nada en la vida vale más que eso y que todo lo que hagas sea con las mejores intenciones, porque algún día todo lo que has dado se te regresará y entonces sabrás por qué estás aquí.