En contra de las esperanzas de la mayoría de la Hélade y de su propia propaganda libertadora, el triunfo de Esparta en la Guerra del Peloponeso no inauguró una época de paz y prosperidad sino que dio paso a un imperialismo lacedemonio que habría de pervivir durante más de treinta años. Sin embargo, la polis, la ciudad griega, aunque transformada y sin soberanía política, pervivió como unidad profunda de civilización y contribuye a explicar el mundo helenístico.