La palabra “goblin”, de origen inglés, significa “duende”. El goblin normalmente está asociado a un duende travieso y propenso a actos malvados. Los goblins son duendes de no más de un metro; por eso, si lo comparamos con un candil grande, apenas lo sobrepasan unos centímetros. Su piel es verde, poseen unos huesos duros y muy fuertes y normalmente llevan poco pelo. Además, no hay goblin que sea guapo.