Esta es la larga historia de un hombre encendido: natural, valeroso, su memoria es un hacha de guerra. Es tiempo de, abrir el reposo, el sepulcro del claro bandido v romper el olvido oxidado que ahora lo entierra. Tal vez no encontró su destino el soldado, v lamento no haber conversado con el, v con una botella de vino haber esperado en la Historia que pasara algún día su gran regimiento. Tal vez aquel hombre perdido en el viento hubiera cambiado el camino. La Sangre caída le puso en las manos un rayo violento, ahora pasaron cien anos y ya no podemos mover su destino: así es que empecemos sin el y sin vino en esta hora quieta la historia de mi compatriota, el bandido honorable don Joaquín Murieta. ?Conviene augurar al lector un libro placentero. Fulgor y muerte de Joaquín Murieta lo es, sin duda. Y es ademas una obra de naturaleza inmortal, como la que corresponde a los artistas de la catadura de Neruda.?