Al detective retirado Bill Hodges, que dirige una agencia de investigación privada con Holly, le diagnostican un cáncer de páncreas terminal. En ese momento Hodges investiga una serie de suicidios con un punto en común: todos los fallecidos tuvieron relación con Brady Hartsfield, el tristemente famoso Mercedes. Hodges y Holly dejaron al asesino en un estado vegetativo del que no se ha recuperado. Sin embargo, se le han estado suministrando drogas experimentales gracias a las cuales ha desarrollado la capacidad de mover objetos con la mente y de entrar en los cuerpos de ciertas personas vulnerables a su control, arrastrándolas a la muerte. Algunos asesinos usan cuchillos; otros, pistolas o incluso coches, pero todos tienen un objetivo en mente: volverte loco. Hodges y Hartsfield, Hartsfield y Hodges: la antigua batalla está a punto de llegar a su fin. «El narrador no nos lleva ventaja, sino que avanza con nosotros, al mismo tiempo y en caliente, emocionándose con el lector y, también con él, estremeciéndose de miedo.» ABC