La relación de hechos que aquí se presentan la debemos a un juez de paz de Maidstone, en el condado de Kent, que lo puso en conocimiento de otros hombres de respeto y mucha dignidad residentes en Londres. No se trata de hechos falaces, pues han sido confirmados en todos sus aspectos por personas de probada honorabilidad, como Mrs. Bargrave, de Canterbury, protagonista principal de los mismos.