Escribir puede salvar el alma. Nos lo enseñan Simone Weil, Georges Perec, Jean Genet, Mary Shelley, Víctor Hugo, Arthur Rimbaud, Alice Miller, Romain Gary, Gustave Flaubert, Primo Lévi y otros grandes autores de la literatura mundial que aparecen en el último y apasionante libro de Boris Cyrulnik. Muchos de ellos han sido abandonados o han perdido a los padres en temprana edad, han sido víctimas de abusos o han luchado para sobrevivir, pero han encontrado en la palabra escrita una forma para salir de las tinieblas y un universo donde refugiarse. La escritura representa un posible camino para trasformar y superar el trauma, el dolor o la pérdida en fuerza de vida. Los eventos traumáticos no inducen solamente a la desesperación y a la oscuridad, pues pueden conducir a la creatividad y a la incesante búsqueda de luz. Las palabras escritas metamorfosean el sufrimiento y pueden sanar las heridas interiores. Nos lo demuestra Boris Cyrulnik en este vibrante e inspirador libro que combina testimonios de escritores famosos, historias, relatos personales y nociones científicas sobre procesos neuronales y psicológicos que ocurren cuando sufrimos y cuando escribimos. «Escribiendo he reparado mi alma desgarrada; en la noche, escribí soles.» B.C.