Benjamín es una de las personalidades más originales de la cultura alemana de entre guerras de este siglo. Ensayista y teórico literario, el significado de su obra transciende los límites de la crítica y de la historia literaria en su acepción corriente, dado que renueva su concepto romántico como profundización de la obra de arte e interrogación a su secreto. La crítica es para él una vía a la filosofía, un instrumento de la conciencia filosófica. Su obra muestra un aspecto hermético, ligado a sus profundos conocimientos de la Cábala y el misticismo judío, pero también una visión de la historia próxima al marxismo y a la teología. En este sentido, Benjamín representa el origen de toda una escuela de pensadores alemanes, entre los que destacan Herbert Marcuse, T.W. Adorno y Ernst Bloch, cuyo “principio de esperanza” está implícito en las obras de su maestro.