La persona que amamos debe contribuir a nuestra felicidad, ayudarnos a crecer como individuos y favorecer nuestra libertad e independencia. Sin embargo, tal como nos lo recuerda el terapeuta cognitivo y exitoso autor Walter Riso, la cultura en la que estamos inmersos se basa en una concepción anacrónica del amor, la cual considera que el sufrimiento, la abnegación y la renuncia son requisitos indispensables para que una relación se mantenga. Frente a esto, Riso lanza un auténtico manifiesto a favor de la “liberación afectiva”. Ésta consiste en ser capaz de mantener lazos profundos y auténticos con otra persona, sin que ello signifique perder nuestra identidad ni quedar atrapados en un círculo vicioso de la dependencia. El autor propone, en pocas palabras, un amor sabio y pleno, un amor que se reinvente a sí mismo sin obsesiones ni esclavitudes. Te amo porque quiero amarte, porque te he elegido y me gusta estar a tu lado; no porque seas imprescindible para mi felicidad. No te necesito, te prefiero.