José Woldenberg ha sido una figura principal de la transición. Sin él, la normalidad democrática sería todavía una ilusión de los mexicanos. Desde hace muchos libros, Woldenberg estudia y pondera con la inteligencia de un testigo paciente la contradictoria realidad nacional, defiende los logros de la joven e imperfecta democracia mexicana y los cambios definitivos de la vida política del país. “El descrédito progresivo de las instituciones y sujetos que la hacen posible no podía presagiar nada bueno”, escribe Woldenberg. Debilitar las instituciones, consolidar una figura presidencial poderosa y sin contrapesos, acudir a la representación del pueblo para decidir con mano propia, asediar al poder judicial, todo esto pone en riesgo a la democracia. El lector tiene en las manos un análisis contenido, serio y no pocas veces pesimista de los días mexicanos bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Para ello, Woldenberg recapitula, estudia lo que él llama “los nutrientes del malestar y sus secuelas”. Y advierte: “la izquierda debió comprometerse con la democracia y con la necesidad de políticas que atendieran la desigualdad”. Dos palabras clave: libertad e igualdad.