Imaginé este libro como una conversación entre amigos y a causa de ello renuncié al orden estricto y a las convenciones comunes que acompañan a casi todos los ensayos. Literalmente me puse a vagar, a mudarme de un camino a otro y a confiar en mi sentido de orientación. Los temas recurrentes son la vagancia como un medio de conocimiento, el sentido de la literatura en una época tecnocrática, el humanismo, el lenguaje, la inteligencia artificial y algunas obsesiones que me han perseguido a lo largo de la vida tales como la angustia, la ebriedad y la ausencia de entendimiento entre los seres humanos. Como en toda charla mundana se encontrarán con digresiones, reiteraciones, exabruptos, contradicciones, lagunas y relatos personales. La experiencia literaria es, en mi opinión, uno de los medios de conocimiento más profundos que tiene el hombre en sus manos, una experiencia en la actualidad cada vez más despreciada. Espero que la vagancia en el transcurso de este libro sea tan placentera como lo es una buena conversación. De lo contrario que los dioses anarquistas me lo demanden.