Saint-Exupéry, describe de manera exquisita, la sensibilidad con que El Principito se enfrenta al amar a otro ser viviente: una flor, la cual le muestra una nueva forma de ?estar? en este mundo, teniendo cerca a alguien que le ha tocado el corazón, tan dulce y delicadamente que ya no volverá a ser el mismo de allí en adelante.